sábado, 26 de febrero de 2011

ALGO DE MÍ...

Soy de España y nacido en Madrid porque lo pone en mi DNI. Desde niño me ha gustado leer en cualquier sitio por ello hoy puedo afirmar: "que no me gusta nada leer ni escribir y que me importa tres pitos; porque el habito no hace al monje ni la cultura al listo o al inteligente". En mi primer examen de ingreso al bachillerato en el instituto Ramiro de Maeztu de Madrid (España) escribí: "avuelo y biejo..." y no pasé, a la primera. Desde entonces, he ido por la vida con "faltas y sin faltas..." como las mujeres antes de la menopausia.
Me han intentado educar en el antiguo colegio Decroly en Madrid. Después los curas... en sus internados donde más tarde o temprano, me invitaban a marcharme: Escuelas Pías de San Antón (Madrid); Escuelas Pías de Sarriá (Barcelona); Nuestra Señora del Buen Consejo (Madrid); Alfonso XII (El Escorial) entre otros de otros... Al saber que el trabajo era y es un castigo divino le pedí perdón a Dios y éste, me perdonó. De ello, he trabajado lo justo para demostrarme que el que trabaja es que no sirve para otra cosa... y yo, servía para jugar con el juego hasta que el juego quería jugar conmigo; entonces, le decía en alto: ¡¡¡HASTA LUEGO LUCAS...!!!.
Pero eso ¡SÍ!, estoy orgulloso de haber nacido en este Planeta... De valorar lo bueno venga de donde venga... De denunciar la injusticia sin pelos en la lengua... De querer y respetar a los mios y a los no mios que se lo merezcan... De haberme sabido buscar la vida sin lamer el culo a nadie... De haber sido siempre un rebelde con causa... De pasar de la política y del fútbol aunque me pase el día vacilando con ellos... De defender y apoyar a los indefensos sean de donde sean... De no seguir "las modas y las rebajas" como un borrego... De saber valorar las cosas antes de perderlas... De haber pasado tiempos de escasez y de bonanza... De ser feliz haciendo felices a los demás... De ser uno más de los que poblamos este Mundo... De haberme sabido retirar del juego cuando iba ganando... De aceptar lo que tengo y pasar de lo que no tengo... De ser consciente del daño psíquico que puedo hacer a los demás, porque sé hacerlo... De saber controlar mis vicios y que estos, no me controlen a mí... De seguir siendo un viejo niño... De creer en Dios y no en la Iglesia de los hombres... De aceptar la muerte como una parte más de la vida.

Señor, si después de esta vida no existiese nada de nada... gracias, por haberme dado a conocer una mínima parte de tu infinita obra. Porque por encima de todo... está Dios. FIN.

PD.- ¡Y no tengo abuela...!.


Eloy Peña Rico, denunciante oficial del Ayuntamiento de Madrid.

miércoles, 23 de febrero de 2011

EL 23-F VISTO POR MÍ...


Sobre las 6 menos cuarto de la tarde del lunes 23 de febrero de 1981 bajaba en mi coche (robado) por la Carrera de San Jerónimo en dirección a la Plaza de Neptuno; el del Atlético de Madrid. Conducía un Seat 1430 con matrícula falsa de Bilbao al que había rectificado su motor, la semana anterior. El agua iba casi cociendo por lo que paré a la altura del hotel Palace para buscar agua con gas (tres policías me indicaron que no podía parar). Pero ante la avería me dijeron que fuese rápido y veloz a buscar el agua, dejando mientras tanto el capot del coche abierto por el vapor que desprendía su radiador.
A mi llegada de nuevo al coche con tres votellas (con b) de agua de Vichy Catalán (compradas en Caprabo) me sorprendió ver como un pelotón de la guardia civil desfilaba en dirección a las Cortes. Delante iba uno con vigote (con b) que decía en voz alta: ¡¡¡UN, DOS, UN, DOS, IZQUIERDA, DERECHA - PASOOO - MARQUEEEN - UN, DOS, UN, DOS...!!!. La gente pensado que era el día del Desfile Militar - aplaudían como posesos -.

Bueno a lo que iba, una vez echada el agua en el coche intenté arrancarlo, algo que no ocurrió. "El coche era de color blanco pero estaba rojo por el calentón". Por lo que me ví obligado a llamar con mi telefono móvil Vodafone a una grúa de Direct Seguros; mientras los policías jugaban a los chinos en la puerta de una tienda de todo a cien.


Al rato oímos unos tiros (disparos) desde Las Cortes por lo que salimos corriendo los policías y yo o yo y los policías, para saber lo que había ocurrido. Llegados al lugar entramos en el recinto y nos extrañó ver que el del bigote con su pistola en la mano gritaba: "¡Quieto todo el mundo... han cantado bingo!". Mientras, en los escaños solo se veía a Suarez (bando nacional) y a Carrillo (bando rojo).

Después, empezaron a aperecer diputados y diputadas que estaban jugando al escondite o escondiendose del olor a mierda que había en el hemiciclo (se habían cagado todos). Fue entonces cuando vinó un ordenanza y nos dijo: . ¡Sí, de fogueo...!, porque al final no huvo ni un solo herido.
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Una vez en la calle me fui hacia mi coche y observé: que ya se lo había llevado la grúa o me lo habían vuelto a robar. Entré en el citado hotel Palace a tomarme un bocata de calamares en su tinta con una horchata muy fría. Mientras tanto... en la TV de 21 pulgadas en blanco y negro muchas gentes estaban viendo lo que no hacía nada había visto, en persona. Al rato empezó a llegar mucha más gente... unos con uniformes de las fuerzas armadas y otros de paisano que más tarde supe que eran periodistas porque me lo dijo Jose Maria Aznar digo, Garcia. El lugar se puso a tope y eso que no daban por Canal+ un Madrid/Barça.
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Bastante más tarde, sobre las doce y cuarto de la noche en Canarias, apareció por arte de magia el Rey ((nadie sabía dónde estaba). Yo pensaba que estábamos en Navidad al ver uno de los "dos discursos..." que tenía preparados; según fueran o fuesen, los acontecimientos...

Salí a la calle porque estaba aburrido de vivir en directo una especie de pesadilla que no entendía y hoy, sigo sin entender. Porque entre tantos... había oído que se trataba de un "Golpe de Estado o que el Estado, se había dado un golpe". Cosa que no era cierta ya que en persona lo había vivido y me habían dicho: que se trataba de una "película, de ciencia ficción del Oeste a la española como las aceitunas". Motivo por el cual, en un taxi ocupado me dirigí a mi casa cerca de la Puerta del Sol en Madrid (España).


PD.- Entre mi relato y la verdad de los hechos no hay diferencia alguna. Porque "La Verdad..." se sabrá, cuando los manzanos den peras en el desierto de Almería (España). FIN.




Eloy Peña Rico, denunciante oficial del Ayuntamiento de Madrid.