Tú, sin braga y yo sin tanga.
Los dos en la misma cama
con las luces apagadas.
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Como cuando aún me cobrabas
porque eras puta y de las caras.
Pero yo nunca te pagaba
mi religión me lo impedía.
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Siempre me decías que eras virgen
y por tus hijos lo jurabas.
A veces el calor de nuestros cuerpos
hacia que oliese la goma a quemada.
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El placer de morderte las uñas
mientras me dabas patadas.
Mis sobacos me cantaban
tú, dabas palmadas.
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Hacíamos el amor una
y hasta dos veces.
Sin orgasmos ni guarradas
sin pecar, sin alcohol y sin nada.
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Haría el amor contigo
hasta por debajo del ombligo.
hasta por debajo del ombligo.
Sentir lo que nunca sentimos
como lo sienten nuestros vecinos .
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Eloy Peña.
El sexo está en el seso...
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