Préstame el pensamiento
aunque no me conozcas
como luz del cielo;
pensaré lo que piensas
sólo, en contados momentos.
Saber de tus temores
los que siempre escondes
entre lunas y soles.
Compartir tu alma
como susurros ciegos.
No será material
por ser espiritual
como el bien y el mal;
con los ojos cerrados
sentiremos la paz.
En nuestros mundos seguiremos
tú, en el tuyo yo en mi bohemia;
pero pasarán como un recuerdo
entre un hombre y una mujer
reflejados en sus espejos.
Eloy Peña.
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