Frívola sin alma,
te hacías llamar.
En tus escritos
que eran el decir de tu ser
que te conoce mejor que nadie.
Porque la soledad y los miedos
te impiden el disfraz, quitar.
aquella que antes oía
cuando contigo se podía hablar.
Hasta que se rompió el embrujo
de dos desconocidos
que nunca...
se llegaron a conocer.
Me alegró que no me colgases
porque sin tu saberlo
aún te recuerdo como algo mágico,
quizás más bien extraño
que aún llevo grabado;
porque el tiempo no ha borrado
ni creo que nunca lo haga.
Hay momentos en la vida
que aparecen sin saber el porqué;
después, se marchan o los echamos.
No te pido perdón
pues no hubo vicios ni maldades;
sólo fue un corto juego...
al que no supimos jugar.
Eloy Peña.
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