Ayer,
sin que tú lo supieras
me acordé
de lo siempre olvidado;
porque nunca te pienso
como a reloj
de arena parado.
Eres y serás,
ese sueño olvidado
que me atormenta
de lunes a sábado;
lo querido está guardado
en ese rincón del alma
nunca encontrado.
Sé que al leerlo
buscarás quien te lo lea;
pues para ti las palabras
ni siquiera te suenan.
La fantasía te adueña
en días malos
y noches buenas.
El poema se acaba
pues el sueño me llama;
para meterme en la cama
con la luz apagada.
Dormir mi infinita locura
con o sin sueños
hasta volver a tenerlos.
Eloy Peña.
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