domingo, 10 de agosto de 2014

ESPAÑA ES ASÍ...,.

                          
              Anoche por la noche soñé que soñaba..., que Pablo Iglesias de "PODEMOS"..., certificaba su cargo como Presidente de Las Españas. Delante de rey Felipe 6º y de su Cenicienta Leticia.
"Pablo, vestía vaqueros rotos  y un jersey de lana virgen y  violada..., de color violeta desteñido. Con sandalias verdes y calcetines amarillos, limón".
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El salón..., estaba  plagado o lleno de personalidades nacionales y extranjeras. Algunos jugadores de fútbol, artistas de la fauna ibérica  y parados de larga maduración sin prestación, alguna. 
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Leticia, se le acercó con un peine para repasarle la cola de caballo. Terminando por hacerle unas coletas.
Mientras la prensa tomaba notas y fotos para las tertulias en TV.
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               Con sus manos apoyadas en el Quijote de la Mancha..., ni juraba ni prometía. Besó el libro y se llevo una hoja de recuerdo.
Seguidamente y subido en una silla, Pablo, dirigió unas palabras que llevaba escritas en una libreta de bolsillo. Destacando, después de unas tres horas de pregón..., sus últimas frases fueron en español: 
"Podemos y podremos. Si no podremos por lo menos estaremos..., hasta que otros nos cojan el testículo, digo, el testigo  -  jajajjajaja".
Los asistentes aplaudían como enfermos poseídos..., por el cachondeo que reinaba en el acto.
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Todo, acompañado de unos palmeros y guitarristas de pura raza gitana rumana. Dirigidos por el alcalde de Badalona (xenófobo de cuna). Y, catalán arrepentido.
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Rajoy (el salido) con lágrimas en un ojo, apoyaba su cabeza sobre el hombro de la Botella de Aznar. Felipe (hijo del otro rey en paro) bostezaba; mientras Leticia mandaba mensajes por su móvil.
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Terminado el acto..., comieron unos bocadillos de calamares o de tortilla de patata. Acompañado de un botellón de cerveza donado por la Merkel.
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Después, en los jardines, unos jugaban al fútbol o a las carreras de sacos. El resto..., pasaba a cobrar sus sobres por la asistencia al acto de investidura de otro cara dura y frágil, como el diamante...,. FIN.
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Eloy Peña.

2 comentarios:

  1. Todo un espectáculo el que narras, la verdad, es que no tiene desperdicio alguno. Creo que si llegara el momento, algo de ello podría suceder en lo tocante o referente al estilo tan especial de vestir que viene mostrando el personaje en cuestión.
    Un saludo, muy agradable lectura

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  2. Es una copia a mi manera de la España de Berlanga.
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    El hábito no hace al monje... pero "algunos..." se pasan o no llegan.
    El día que España sea un País normal... "NO LO VERÁ NADIE".
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    Gracias por tu comentario, Emilio.

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