Todo es calma en la calma
por ser su única dueña;
tumbas con flores y piedras
decoran la tierra.
Tierra que arropa
mientras cipreses observan;
aire, granizo y lluvia
frio, calor o niebla.
Luna con estrellas
techo de techos;
de camas eternas
que el cementerio hospeda.
Todos sus misterios guarda
mientras las dudas vuelan;
acompañadas de huesos
que antes fueron cuerpos.
No hay mayor justicia
que todos marchemos;
sin nada material
todo lo tenemos que dejar.
La vida es un premio
también un castigo;
juego de gafes o de afortunados
con el porqué tenemos que jugarla.
Hoy, son ya ocho años
de que te fuiste, mamá;
terminaste de escribir
el libro de tu larga vida.
Soltera y valiente hembra.
La familia paterna unos hijos de puta.
Mi soltero padre sólo me dió su apellido.
¡Gracias Madre!, por mandarles a la mierda.
También agradezco el día que nací
porque Dios así lo quiso;
al que estoy agradecido
por ser como ha sido conmigo.
No sé si yo al morir
volveremos a ser madre e hijo;
lo único seguro será
que los dos nos quisimos.
Eloy Peña.
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