No te escondas al leerme
el poema sabe quién eres;
tus ojos te delatan
por su verde esmeralda.
Te recuerda momentos
en los que me amabas;
pues eras otra mujer
sin celos ni amenazas.
El amor es ese juego
que se pierde o se gama;
se llora hasta de rabia
cuando afloran las trampas.
Jugamos al juego del amor
como si supiésemos jugarlo;
sin nunca pensar
que igual viene que se va.
El hoy, sigo siendo,
más viejo que joven;
porque viví entre lunas
esperando a nuevos soles.
Eloy Peña.