TREINTA Y CUATRO
Guerra para los vivos
paz para los muertos;
el poema se entristece
si el razonar se pierde.
Cuando la cobardía triunfa
los poderes se acojonan;
porque se creen inmortales
en un mundo de mortales.
¡NO! más armas
para que mueran las gentes;
MÁS medicina y alimentos
para que las gentes vivan.
La vida juega contra la muerte
para qué jugar con las armas;
si cada instante muere alguien
sin catástrofes ni guerras.
El universo no es nuestro
como no lo es casi nada;
sólo tenemos
la muerte asegurada.
Para qué buscarla
por una frontera o bandera;
que puede ser de trapo o de seda
mientras la ignorancia reina.
No aprendieron
ni aprendemos ni aprenderán;
sólo la paz y la libertad
valen más que la humanidad.
Eloy Peña.