Aún me acuerdo... De los viajes eternos en trenes de carbón y de sus compañeros de viaje como: el humo, la suciedad, abispas (con v), avejas (con b) y moscas... De las hostias que pegaban los curas, los grises y las chavalas cuando te pasabas de la raya (no de cocaína)... De la cartilla de racionamiento... Del queso y la leche en polvo, americanos... De las chachas los jueves en el Retiro de Madrid... Del campo de fútbol de Chamartín, del Metropolitano y de las Corts... De cuando conseguías poner el coche a 100 Km/h... Del calor en casa en verano y del frió en invierno... De la primera vez que me metió mano el cura Camino (responsable de deportes) en el internado de Alfonso XII en el Escorial... De la TV en blanco y negro con un solo canal... De los serenos, de los cobradores a domicilio, de los autobuses y tranvías con un cobrador, un conductor y un inspector... De las ferias, el tiro al blanco y de sus coche de choque a peseta... Del funcionario que fuí y deje de ser, porque me salio de mis partes (cojones)... De mis amigos entre muchos de muchos: Frey Galiana, Luis Folledo, Pedro Carrasco, Urtain, Legrá, Juan Luis Galiardo, Paloma Cela, Luis Mariano, Bambino, Lucho Gatica, Los Sudamericanos, El Nani, Alberto Cortez, Alfredo d´Stefano, Marquitos, Gento, Marcelino y su gol a Rusia, Alvaro Luis, Jose Mª Garcia, Raúl Cancio, Los Bravos, Duo Dinámico, Los Diablos, Jesús Gil y sus Ángeles de San Rafael, Miguel Rios, Ana Belén y de su Victor Manuel... De la radio de Boby de Glané, Jose Luis Peker, del Zorro y Gila... Del porrón, el botijo, las gaseosas, las cebadas y las horchatas... De la censura y de sus prohibiciones... De la puta mili y de sus militares... De la paga de 20 duros semanales... Del hombre y de su Luna... Del juego prohibido, del sexo prohibido y del libro de familia al entrar en un hotel con una moza... De los cabarets, barras americanas, de la Pergola en Barcelona, de la Riviera o Villa Rosa en Madrid, los Monumentos en Oviedo, la calle de las Cortes en Bilbao y de los barrios chinos de toda España y provincias separatistas... aún me acuerdo.
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En resumen, hoy nadie está contento con nada de nada... nos enviamos y odiamos a muerte como siempre; unos desde el Poder, la Religión, la Justicia, los Medios de Comunicación, la Banca o el Fútbol otros, desde su bla, bla, bla... para nada de nada. Por ello, necesitamos renovarnos o saber por qué votamos y por qué no les botamos al exilio; ya que desde que murió la Dictadura siguen siendo los mismos o peores... con diferentes collares. FIN.
Eloy Peña Rico, denunciante oficial del Ayuntamiento de Madrid.