Fui un libro abierto
que contó mi vida.
Jugué sin trampas
no quería sorpresas.
-
Por qué, me voy a marchar
pudiéndome ir.
Sabes, lo que quiero decir
como adivinas que sin tí
también se puede vivir.
-
El sentir de los cuerpos
el tuyo y el mío.
El besar de los labios
con los ojos cerrados.
El abrazo de los brazos
que a los dos, ataron.
-
Hoy, sólo puedo recordarte
pensándote o escribiéndote.
Tú a mí también, leyéndome.
Sentires que escritos, quedaron.
-
Fueron sólo palabras
que con aire, volaron.
Ya no hay caricias ni roces.
Quedan los recuerdos, que hieren.
-
Cerremos los ojos
ya no nos miran.
Eloy Peña.