Dile, si a la ermita subes,
que el camino ya no es para mí;
estoy viejo y cansado
pero conmigo le sigo llevando.
Nunca he sido de imágenes
ni de madera ni de barro;
que las gentes veneran
por dudas, miedos o fanatismos.
Dile, que todos llevamos algo de él,
aunque en él muchos ni crean;
porque a la luz ponen sombras
por verdades que ignoran.
Si no sabemos contar las estrellas
ni el tiempo que aún llevan;
cómo saber de un UNIVERSO
observado sin llegar a verlo.
Dile, que creo en él,
como creo en el morir;
que la vida es un regalo
bueno a veces malo.
También agradécele,
si después sólo hay muertos;
por lo menos he conocido
algo de su infinita obra.
Eloy Peña.