En algunas ocasiones
pienso y vuelvo a pensar
el porqué, sigo pensando;
a pesar de que puede ser
que todo no es, cómo lo pienso.
Porque si así fuese
para qué, pensar,
perdiendo mi tiempo;
al poder dudar
que no estoy en lo cierto.
Pensar perjudica
cuando nacen las dudas;
por crear inquietudes
entre lo cierto y lo incierto
que al cerebro perturban.
Por ello, dejaré de pensar,
si mis pensares no son ciertos;
pues la verdad de todo
sólo la pueden saber,
los que ya están muertos.
Eloy Peña.