Al asomarme a la terraza
ví unas bragas
húmedas y tendidas
como recién lavadas.
Sólo eran bragas
de color rojo
como del fusilado
ayer, en la cuneta.
La imaginé sin ellas
y con ellas puestas
con piernas largas
y bien formadas.
No veía su cara
sólo sus bragas
parecían caras
con bordados y gasas.
Me preguntaba
quién será su dueña
por qué, va sin bragas,
solo con su falda puesta.
Se admira un cuadro
un mar enloquecido
el sonido de una orquesta
un amanecer o un buen libro.
Pero no hay mejor propuesta
que ver una braga bien puesta.
De lejos o de cerca
pues a la fantasía despierta.
Eloy Peña.