Con mis respetos a las anchoas de Santoña
y
a los sobaos de la zona Cantábrica.
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Vendiendo caramelos y chucherías en un banco de madera del Paseo de Pereda en Santander (España). Emilito (no Aragón) se ganaba unas pesetas que metía en el Banco de su padre.
Corrían primeros de los años 60 de siglo pasado cuando le conocí en persona. Yo, muy cercano, en la puerta de Gobierno Civil, vendía Biblias (comisión 900 pesetas por cada una de la época). Era un chaval campechano y, un poco pasiego como los sobaos.
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Pasó el tiempo y como era humilde..., se quedó con el Hispano Americano, Central, Español de Crédito entre otros... aquí y allá. Hasta intentó quedarse con el Banco de España. Pero no le dejaron porque quería que en vez de Banco de España se llamase: "España de Santander".
Cuando le conocí iba casi en patinete ahora en Ferrari rojo como su banco. Porque en el fondo era más rojo que Carrillo.
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Tuvo varios enfrentamientos con la justicia porque el dinero honrado es más difícil de conseguir que hablar con Dios.
Ayer un infarto le dijo deja tus dineros y vente conmigo.
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En resumen, fue un buen BECERRO de ORO para vergüenza de los que no tienen dónde caerse muertos. Que descanse pero quieto para siempre. Amén.
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Eloy Peña.