Ayer, sin ir más lejos...,
estuve hablando con Dios.
Tiempo ha..., que no lo hacia.
Porque no tengo ganas de casi nada
y menos de hablar por hablar...,.
Nos conocemos desde siempre
por mi humilde sabiduría
y forma de ser y de estar.
estuve hablando con Dios.
Tiempo ha..., que no lo hacia.
Porque no tengo ganas de casi nada
y menos de hablar por hablar...,.
Nos conocemos desde siempre
por mi humilde sabiduría
y forma de ser y de estar.
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No es como la gente piensa
ni como en realidad es.
Muy introvertido y desconfiado.
Por ello, no suele conversar con otro
que no sea yo.
Aún no sé porqué...,
le he caído bien de siempre
desde antes de que creara todo
de su nada.
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Hablamos y discutimos...,
como dos seres
que no dan nunca su brazo a torcer.
Él piensa que es mejor que yo...,
pero en el fondo sabe que es un imposible.
Porque soy su imagen y semejanza.
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También le suelo cuestionar:
¿Porqué, existe tanta injusticia...,
si todos somos hijos tuyos?.
Y él me responde con lo mismo de siempre:
"Para que duden y desconfíen de mí.
Pues si fuese justa...
la vida sería un sin sentido,
aburrida e imposible
de llevar o de aguantar".
la vida sería un sin sentido,
aburrida e imposible
de llevar o de aguantar".
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Terminó diciéndome:
"Eloy, yo creé un Mundo...,
para que unos elegidos pasen por él.
Unos, tienen que hacer esto y otros aquello.
Según el papel que les haya asignado
en su libro personal de la vida.
Ya que la vida en su fondo es muerte.
Y, ahí, es donde les demuestro mi igualdad...,
de su inevitable eternidad fuera de su ser".
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Mira Dios...,
no te entiendo ni te entenderé.
Me diste un limitado cerebro de ser humano.
Y dónde no hay no puedo sacar, tú lo sabes.
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A continuación nos despedimos:
"Adiós amigo sin ser amigo...,
hasta siempre, Eloy".
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Eloy Peña.