Tiempo ha...
que te sigo y admiro
sin ser amante ni marido.
Los pensares son míos
como los años
o los amores perdidos.
Graciela,
al otro lado del charco.
Por tu camino
yo, por el mío.
Aunque el cielo,
nos sea el mismo.
Con sus amaneceres
de soles distintos.
En días eternos
de relojes parados,
dónde no corre el tiempo;
mientras los corazones no paran
por vivir de recuerdos.
No es poema lo escrito
ni con ello pretendo nada.
Sólo decirte,
cuando el amor viene
a veces, también daña.
Eloy Peña.