Somos como ese sueño
que nunca soñamos;
por ello lo recordamos
sin poder nunca olvidarlo.
Quisiera volver donde nunca estuve
para recordar lo jamás vivido;
como los besos y abrazos que no nos dimos
el ladrar de los pájaros en montes lejanos.
Subir al cielo sin alas, andando,
contemplar lo que no veo;
gritar en silencio, callando,
nadar por en ríos secos.
Decir un te quiero llorando
a ese amor nunca encontrado;
mientras pasan los días sin ser años
hasta que mí locura sea eterna.
Porque no hay tres sin dos
en los imposibles realizados;
como el vivir después de morir
en otro lugar para ti y para mi.
Eloy Peña.