Por una cabeza,
la tuya o la mía
las neuronas bailan
su clásica danza.
Piensan o recuerdan
pasados vividos
entre mares en calma
de cielos eternos.
Lo bueno escasea
pues no tiene precio
como abunda lo malo
con su becerro de oro.
La música llama
para que sigas dormida
con despertares
que cumplan tus sueños.
Eloy Peña.