CUARENTA Y CUATRO
Bendito sea el viaje
que sin moverme llevo;
a lugares que no conozco
entre la tierra y el cielo.
Sin aire sin viento
sin rayos ni truenos;
entre nubes de seda
también de terciopelo.
Con los ojos cerrados
quizás abiertos;
porque van todos
entre pensamientos.
Con algo de fe
para no alocarse;
por creer creyendo
que todo no es cierto.
Por esto lo otro
sé que existo;
igual que existe
lo nunca visto.
Eloy Peña.