Estoy más que asqueado y aburrido del CORONAVIRUS y de sus admiradores o pregoneros sean quien sean o vengan de donde vengan; ya sean chinos, americanos, rusos o marcianos.
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Políticos y periodistas.
Científicos y laboratorios.
Televisiones y radios.
Tertulianos y moderadores.
Toros y animales.
Fútbol y fanáticos.
Tenis y gira cabezas.
Olimpiadas y tongos.
Mascarillas y guantes.
Jabones y legías.
Murciélagos y vampiros.
Policías y multas.
Jueces y fiscales.
Abogados y picapleitos.
Rojos y nacionales.
Fachas y fachadas.
Dictaduras y partidocracias.
Gimnasios y deportistas.
Mentiras y patrañas.
Bancos y ladrones.
Pobres y esclavos.
Ricos y adinerados.
Números y enfermos.
Números y muertos.
Números y salvados.
Números y parados.
Números y loterías.
Números y estadísticas.
Funerarias y seguros.
Playas y piscinas.
Autovías de poco cemento.
Contrabandistas en aduanas.
Tejeros como muchos de ellos.
Reina en paro y reina consuerte.
Rey sin piso y rey con apodo de piso.
Trabajos para los mismos de siempre.
Trabajos esperando que se vayan los de siempre.
Lameculos y pelotas a granel.
Niños de papá o de mamá
de padres separados.
Vías de tren sin trenes.
Aeropuertos sin aviones.
Barcos de papel.
Viajes para Julio Verme.
Estrellas Michelín y sus facturas.
Lujos y becerros de oro chapados.
Chiringuitos con medusas a la plancha.
Avispas y obispos.
Divisiones y parcelaciones.
Mesas y mamparas.
Caraduras y enmascarados.
Llorones y más llorones.
Ignorantes y atontados.
Crédulos y seguidores.
Banderas y banderines.
Himnos y Eurovisiones.
Aplausos y palmitas...
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No sigo porque no podría terminar.
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Se me olvidaba recordar:
A los que hacen las guerras.
A los que dejan que exista la pobreza.
A los que consienten que niños mueran de hambre enfermedades y miserias.
A los que viajan en pateras.
A que hacen más esclavos a los necesitados.
A los que no tienen vidas para gastar sus patrimonios.
A los que se publicitan con sus limosnas.
A los que votan por votar sin saber lo que votan.
A los que nacen con estrella y a los que nacen ya estrellados.
A los que apartan a sus mayores en residencias como muebles viejos en un trastero.
A los que no saben valorar lo que tienen.
A los que valoran cuando ya lo han perdido.
A los parásitos que viven de los virus.
A los que han ocasionado el cambio climático.
A los empresarios que se enriquecen de sus trabajadores.
A los que pregonan a un Dios que NO cree en ellos.
A los que dicen que los malos son los otros.
A los hablan del bienestar y los ilusos se lo cree.
A los que no saben que nacemos para morir.
A los que van a las cárceles porque no saben robar ni matar.
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A los políticos que confunden la política con sus enfermizos fanatismos de poder y de grandeza; jugando con unos pueblos que les votan porque NO conoce el fondo de sus verdaderas intenciones endemoniadas; en un "PLANETA MUERTE" desde hace miles de años... que empezaron a gestionarlo para que perdure por los siglos de los siglos.
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A los que hurtan en la sanidad pública o en la privada... sean políticos, laboratorios, farmacias, aseguradoras, personal de la limpieza, repartidores, intermediarios, médicos o enfermeras/os y más, más y más.
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PARA TERMINAR:
A los que de verdad y sin trampas se ganan el pan con el sudor de su alma.
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FIN.
Eloy Peña.
