No serían aún las cinco de la madrugada porque el reloj marcaba la una. Noche de poco dormir para los que hacen guardia o no están dormidos por el motivo que sea. Salí a la calle y los barrenderos seguían en huelga. Aceras llenas de basura, cucarachas y ratas que iban y venían a sus anchas. ¡SIIÍ!, estamos en mi ciudad más conocida en las reuniones olímpicas como Madrid. El Madrid de los Austrias y de Florentino Pérez, de lo castizo, del PP en su ayuntamiento, en su Comunidad y en su Plaza de Colón o en el desfile militar con banderas y Almodóvar.
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Ciudad del Oso y el Madroño, museos, Ministerios y misterios en sus Palacios encantados. Donde sus gentes no hablan el vasco ni el catalán por miedo y vergüenza a lo también desconocido. Capital de España y provincias separatistas. Donde los toros y cornudos hacen sus ferias peculiares. Con su Carlos V que empezó siendo un rey y hoy es una Glorieta. El Manzanares río de ríos como "Río, de Janeiro...". Con sus profundas y cristalinas aguas residuales que dan un perfume que embriaga a los patos.
Hoy por mis conocimientos más que demostrados aquí y allí, quiero rendir un pequeño homenaje a mi ciudad, Mostoles. La del famoso alcalde de Toledo, de Iker Casillas o de Miguel de Cervantes y su inmortal obra, Blancanieves. De hombres que se levantan de la cama a las 7 porque tienen que estar en sus casas a las 9. De vividores, pasotas, ejecutivos de chicha y nabo, cantamañanas, oportunistas, carteristas, timadores... bares y más bares. De bancos que roban o te dejan sentar en su parque del Retiro.
Cuna de reyes venidos del exilio o del oriente. De chotis, azucarillos y aguardiente. Chulapas, chulapos y castizos. Del Madríz o del Aletí. De Verbenas, Chicote, organillos y paletos. Casa Paco y Casa Lucio. Chocolate con churros o con porras en San Ginés. De Manolo Caracol y su Lola Flores. Torrijas y huesos de Santo. De garnacho, aguardiente, anís, copa, puro y después, que te quiten lo bailao. De la Casta y de la Susana. De San Isidro y de San Antonio. Del café Gijón o del Bar de Correos. Del rastro, de mesones y posadas. De Luis Candelas y de sus herederos en el PP. De la toquilla y de la peineta. Del "Pichi" y de D. Eloy Gonzalo (Cascorro).
Ciudad de manifestaciones culturales de Sindicatos y de huelgas. De todo tipo de eventos con derecho a pataleo. De gastronomía conocida en todo el mundo por su gazpacho extremeño o su merluza a la vasca en salsa de tomate. De teatros en la Gran Vía, en el Senado, en las Cortes y en la Casa Real.
Tantas y tantas cosas podría decir de mi ciudad que terminaría siendo un guía turístico. Porque Madrid es Madrid y además, está en Madrid. Pocas ciudades pueden presumir de lo que no son. Los madrileños somos hospitalarios prueba de ello es que por menos de nada pegamos un hostiazo o explotamos a los inmigrantes. Somos una ciudad de gentes venidas de todas partes hasta de Valladolid, antigua capital del Reino.
Hablando de Madrid no podía olvidarme de mi querido Ayuntamiento con Alcalde incluido. Dice la canción: "Madrid tiene seis letras... sin pagar". Por nuestro querido alcalde que es un ludopata de la arquitectura. Que pasará a la historia por sus historias e historietas. Por sus corazonadas y cavronadas (con b) en forma de impuestos. Por su saber estar donde no tiene que estar; por querer salir en todas las fotos aunque la máquina no lleve carrete. Por sus callos a la madrileña y mentales por sus traumas de faraón sin pirámide.
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¡¡¡CINCO GOLITOS NOS METIÓ EL BARÇA... Y YO, ME RÍO DE JANEIRO!!!.
Por su facilidad para llorar, reír o fingir. Como dijo quién lo dijo: en la vida estamos de paso pero unos de paso, se lo llevan crudo. Sirvan estas líneas para cantar bingo... digo, para recordar a mí querido alcalde. Que le seré fiel y le "botaré" siempre de corazón y de riñón. Porque un riñón nos está costado al verdadero pueblo de Madrid sus caprichos, sus viajes, sus fiestas y sus castillos en el aire; que no van ni vienen porque los lleva en sus genes de envidioso y presuntuoso político de pacotilla... que ni hace ni deja hacer.
Para terminar añadiré que por nuestras venas circula sangre de reino de Aragón y de transfusiones donadas por paisanos de acá y de allá. No sigo... no puedo... no debo... porque me emociono cuando observo que con el paso del tiempo mi rostro envejece como el de la Pantoja o el de la Belén Esteban. Que mi perro ya no ladra porque es de cartón y mi canario ya no es el que era como la Copa del "Generalísimo o del Real Madrid...". FIN.
Eloy Peña Rico, denunciante oficial del Ayuntamiento de Madrid.
Ya se sabe de Madrid al cielo...lo malo es que allí te encuentres a Gallardón.
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