viernes, 7 de junio de 2013

CORAZÓN ROTO...

           Hace años..., sentía un fuerte vacío en mi pecho, el que un día fuese "pecho lobo". Por lo que me fui a la clínica de la Paz  en Madrid (España); portando una pequeña nevera de camping.
 
                                Al llegar estaba triste y nervioso. Subí a la planta de Cardiología y pregunté por mi amiga de la infancia Dra. Mitral. Estaba ocupada y esperé.
 
Al verme me dijo: Eloy, ¿tú por aquí?.
¿A qué se debe tu grata visita, amor de mi alma?.
>Ya ves, cosas de la vida..., de mi vida.
<Cuenta, cuenta..., ¿o te apetece que vayamos primero a tomar un café con churros sin colesterol?.
>Vamos, Mitral. ¿Te molesta que deje la nevera encima de tu mesa?.
<Por favor Eloy, que preguntas haces.
 
                    Sentados en una mesa y mano a mano, nos tomamos unos pinchos de tortilla y unas cañas. Charlamos y charlamos..., como si el tiempo no hubiese pasado. De la juventud perdida, familia, amigos y de los que ya se habían ido y, hasta del dinero, que la debía.
 
<Bueno Eloy, ¿qué te trae por aquí...?.
>Pues la verdad que más que visitar  a la amiga, he venido a ver a la cardióloga .
>¿Tienes algún problema... taquicardias, cansancio, dolores, mareos o malestar general?.
<Creo amiga, que tengo el mal de amores...
>Eloy, tu mal de amores los hemos tenido todos y, más, cuando me dejaste por otra..., y por lo mal que me lo hicísteis pasar.
 
¿Te acuerdas, Eloy? - En la facultad yo estudiaba mientras tú solo ligabas y rompías corazones. Pero como no hay mal que por bien no venga... hoy, soy una prestigiosa reparadora de corazones rotos.
 
<Vamos para arriba y te haré un chequeo.
 
Esperé y esperé, mientras me hacían esto o lo otro. Hasta llegar al electrocardiograma.
 
La enfermera me puso electrodos por todas parte. Y empezó la maquinita a trabajar... No daba pulsaciones, ni tensión mientras dibujaba una línea recta.
 
Entonces la enfermera dijo, ¡¡¡joder con la mierda de aparato!!!. Eloy, vamos a traer otro. Que al final fueron otros...,. Asustada, fue a buscar a la Dra. Mitral.
 
      Vino acompañada de otros compañeros..., "que pusieron cara de asombro al observarme". Entonces, me dijo Mitral en voz alta: ¡¡¡ELOY, NO TIENES CORAZÓN!!! - Mi querida Dra., está encima de tu mesa dentro de la nevera..., para que me lo repares..., porque me lo han roto -. FIN.
 
Eloy Peña Rico.

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