"EL GAYO VIZCO". (7º). - EN PARIS.

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".....Me llamó Nely para proponerme que pasásemos un fin de semana en París. Como no tenía ningún trabajo a la vista..., la dije ¿por qué, NO?.
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Quedamos para comer y hablar del tema. Pasé a buscarla a su casa y fuimos a una marisquería (por menos de 800€ nos pusimos tuertos de "cosas" del mar y de la tierra).

Mientras comíamos entre otros:  cigalas, ostras,  gambas, nécoras, percebes, almejas o caviar ALMAS; hablamos y recordamos nuestra última semana pasada en París. "En  su hotel Ritz  de la Plaza Vendome, hace un par de años".
 
Llegamos un lunes al aeropuerto (Orly), un taxi y al hotel. Me gustó mucho el hotel porque no conocí nada más de París. Desde la llegada no paró de nevar y de llover. Por lo que nuestro París fue el hotel Ritz y su enorme suite.
 

                              Al comedor ni bajamos...,. Desayunábamos, comíamos y cenábamos en  la habitación. Pasábamos el día leyendo prensa, en el casino (Internet) y paseando por el hotel.
                       Nely, en las tiendas del hotel se dejó más..., del salario mínimo interprofesional.
En los muchos ratos libres..., ¡QUERIÉNDONOS!, en toda la extensión de la palabra. "A pesar de la copiosa comida..., perdí 4 kilos".

También fue raro el día que no nos acordamos que del lugar salió para dar su último paseo por las calles de París, Diana, princesa de Gales y su compañero sentimental  Dodi Al-Fayed.
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Por lo que esta vez quería por lo menos conocer el Sena, la Torre Eiffel y algo más...,. A Nely en principio no la parecía ni bien ni mal; porque ella solo quería estar abrazada a mí.

Al terminar de comer fuimos al "Gayo Vizco" a tomar un café y copa. Por la hora, aún estaba cerrado.
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Entramos por la puerta emergencia. Una vez acomodados a la espera que se calentase la cafetera, Nely quería lo de siempre conmigo (el marisco dicen que afrodisiaco).
¡NELY!, no seas pesada. ¿No te das cuenta que las chicas están a punto de llegar?.
¡Juan!, uno solo por favor. Y, así, fue...,.
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 Al rato..., Nely se fue a su peluquero y al podólogo.
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 Me quedé sentado en el sofá. Pensando en París..., mientras saboreaba  un J.B con ginger ale  y  fumaba un cigarrillo bajo en colesterol. Cerré los ojos y volví  al pasado:

"Era la época de: ¡Una, Grande y Libre!..., en la que se decía que los niños venían de París - Con un Franco español y otro Franco francés" -  Sin olvidarnos..., de que muchas mujeres españolas ponían de moda "El Francés"..., con la boca y sin hablarlo".

              Fue en un cine de Las Ramblas de  Barcelona..., donde echaban la película: "La última vez que ví París". Con una guapísima y sensual Elizabeth Taylor y su pareja Van Johnson. Me dejó tan enamorado Elizabeth Taylor que los días que estuvo en cartel fui a verla.

 "Sin haber hablado con ella

 ni conocerla

 sin un beso ni un te quiero

 me enamoré,

 ¡SÍ!, me enamoré".

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 El amor, esa química

habita en nuestros cerebros 

 no se vende ni se compra
porque su valor es irreal.
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Nos hace esclavos

 de pasiones y de celos...,.

Nos embruja, nos quita el apetito,

nos hacer reír o nos hace llorar.

Soñar despiertos

y vivir soñando.
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 Aparece y desaparece

sin poder hacer nada
 para evitarlo...,.

Así te pasa a tí,

y me pasa a mí.
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Como la vida y la muerte,
que están y son.

Igual que la luna, la tierra,

 el mar y el sol. FIN.

Eloy Peña Rico.