EL GAYO VIZCO. (9º). - EL FINAL.

 

Eran unos cien amigos los invitados a cenar en La Masia de Sitges (Barcelona) - "Por nuestra marcha del Gayo Vizco" - Pues Nely y yo queríamos "volver a empezar" (sin Garci) otra nueva vida. 
Después, fuimos a la torre de Carla - "su próxima subarrendataria" - para tomar unas copas y  cerrar el festejo de despedida.

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   Sobre las 4 de la madrugada nos decidimos regresar a Barcelona -  Despedidos de todos..., Carla, la dió un fuerte abrazo a Nely. Deseándola lo mejor junto a mí..., en nuestra nueva aventura.
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             "Volvimos por la antigua carretera de la Costa de Garraf. Que une Sitges  con Castelldefels, al sur de Barcelona".

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       Noche de alegrías y de lágrimas...,. Con una luna que por sí sola iluminaba como si fuese de  día - Yo, llevaba encima más copas que  las ganadas por el Barça y Nely  más que las perdidas por  el Real Madrid - Con la  música a tope..., acompañada de nuestros cantares.
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              "El deportivo (Ferrari) invitaba a conducir tipo rallye. Porque no circulaba casi nadie..., por una carretera que parecía un circuito".

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 A la izquierda una montaña plagada de pinos..., a la derecha un acantilado que impone por su altura. Abajo, entre las rocas, rompen las olas del mar. Curvas y más curvas..., que hacían que el coche derrapase por la alta velocidad.

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Cuando de repente

 y sin saber ¿POR QUÉ?...,.

 Dejamos la carretera

 para empezar a dar vueltas

 con golpes y más golpes

 al caer por el acantilado

 hasta casi rozar el mar.

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       No sé cómo pasó...,.

 Pero al rato estábamos abrazados

 en el  borde de la carretera.

 "Policías, ambulancias y bomberos".

Mientras observábamos nuestro coche

 destrozado entre la rocas.

La luz de la luna nos dejaba ver flotar

 sobre las aguas del mar...,

a dos personas como si fuesen
muñecos de trapo.

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 Ese mismo mar y esa misma luna que años atrás nos unió para siempre..., en una calurosa noche de verano en Alcudia, Palma de Mallorca.

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A nuestro lado solo se comentaba lo que decían los bomberos que estaban sobre las rocas y el mar:

 

"¡¡¡SE HAN MATADO..., ESTÁN MUERTOS!!!".
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Mientras tanto..., Nely me decía mirándome a los ojos: Juan, ya nada ni nadie podrá separarnos en nuestra nueva eternidad.

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Algo que me hizo recordar:
 

".....Me encanta el embrujo del las agua rozando mis pies,

andar sobre la arena mojada, dar patadas al mar.

La luna, las estrellas, el ruido y el silencio

 de los sonidos de las olas.

La soledad y degustar lentamente un cigarrillo...,.

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Aquella noche..., una fuerte voz sentada sobre la arena:

¡¡¡POR FAVOR!!!, ¿ME PODRÍA DAR FUEGO?.

Me acerqué y,  una hermosa joven,

se puso de pie y casi pegada a mí...,

cogió mi cigarrillo para encender el suyo.
"Su tabaco desprendía un olor raro...".

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Al mirarla a los ojos,

 observé que estaban llorosos.

Parecía que me hablaban,

como los míos a los suyos.
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¿Algún problema?, la dije.

 - Cosas de mujeres -

¿estás con el periodo?.

¡¡¡NO, POR FAVOR!!!.

 -

Bueno te dejo.

¿Por qué...?, me contesto.

Porque tengo que seguir mi camino,

y tú el tuyo.

 Qué...,. ¿Por qué, no me besas?..., me dijo.

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Y sin saber, ni pensar,

 nos unimos en un fuerte abrazo.

 Acompañado de un interminable, beso.
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Nuestro primer beso.

 Con mezcla de misterio,

 lágrimas y brisa del mar...,.

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Eloy Peña Rico.