LA NANA...,.

 

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No serían las seis..., el reloj marcaba las dos.

Noche fría a pesar del sol.

Desnudo sobre el sillón..., pensaba,

sólo pensaba, porque estaba dormido.

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Al despertarme hacía calor,

era de día pero sin embargo llovía.

Saqué un cigarrillo y no tenía fuego

porque nunca he fumado.

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Rodeado de agua por todas partes,

menos por el mar.

Me entró miedo.

Tenía ganas de mear, pero me cortaba.

-

Me puse de pie sobre el agua...,

y me hundía.

Aproveché para mear

y casi me ahogo.

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A lo lejos  gaviotas,

muchas gaviotas.

No podían volar.

Me dió pena...,

 y me puse a llorar.

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Oí la voz de mi amada,

me acerqué a ella.

 Ya no estaba.

¿No sé por qué me llamaba?.

-

Me acordé de algo,

que no recordaba.

Era como el que va,

sin saber para qué ha ido.

-

Al rato me vestí...,

pero ya era tarde.

No me puse los calzoncillos,

y con el culo al aire salí a la calle.

-

Las mujeres y los hombres,

me deseaban...,

pero no me tocaban.

Yo, no me dejaba.

-

Hasta que empecé,

a sentir hambre.

Como un león sin circo,

 sin "cortes", diputados.

ni ¡¡¡NÁ de NÁ!!!.

-

Eloy Peña.