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Tú, yo y la cama,
el soñar despiertos
hasta terminar agotados;
mientras la luna nos observa
como a dos locos amantes.
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La dejé dormida.
Sin ropa. Destapada.
No quería despertarla
mientras me marchaba.
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Salí camino de casa
los míos me esperan;
las estrellas brillaban
cuando a casa llegaba.
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No tenía llaves
ni forma de entrar;
pegué una patada a la puerta
hasta que saltó la alarma.
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No sé si rugía la casa
mientras el perro ladraba;
los vecinos abrían sus puertas
en calzoncillos o en bragas.
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Entonces mi amor
saliste a la escalera
sin quitarte las legañas;
con la faja en la mano
como si bandera fuera.
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con la faja en la mano
como si bandera fuera.
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Mi querida suegra
sin la peluca puesta;
con la dentadura despegada
a mis muertos nombraba.
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Gritaban los niños
los perros ladraban;
estaba cansado
y marché a la cama.
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Me gusta el silencio
después que callaran;
mi mujer a mi lado estaba
quería que el amor hiciera
pero ya no tenía ganas.
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Pues no soy un semental
como un queso suizo;
sólo soy un hombre de cama
cuando alguna me llama.
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Eloy Peña.
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