Un Jesús murió en la cruz
otro, se fue en un sueño.
¡No, le despertéis para que sea eterno!.
Fue la pausa de sus silencios
repletos de recuerdos buenos.
El tabaco la muerte lenta
no pudo con él...
fueron los años, más de ochenta.
De la seriedad a la risa
sin perder la compostura;
sabía lo que hacia
para vender sabiduría.
Adiós, amigo sin ser amigo.
Ojalá exista una locura de cielo;
dónde nos esperaras en tu colina
para comentar con el alma
que los cuerpos, son mentiras.
¡¡¡MAESTRO!!!.
- - - - -
"CASI AL FINAL DEL LIBRO DE SU VIDA".
- - - - -
Eloy Peña.