Hubo un tiempo de mi tiempo
que no esperaba a nadie;
pero desde que tú apareciste
sólo te espero a ti.
No sé el porqué
pero así es;
con minutos y horas
que se hacen eternas.
El reloj sigue y sigue
pero a mi se me para;
como si el tiempo no pasara
o también como si volara.
Difícil es expresar
los tiempos del alma;
que poco a poco
te lastiman o te dañan.
Dejando heridas
que nunca cierran;
porque sus cicatrices
siempre sangran.
No lo llamo amor
por los tantos que hubo;
es más que especial
por su lejanía cercana.
Lo escribo pues lo vivo
cuando no estás conmigo;
sólo para decirte
que nunca te olvido.
Algo que me hace pensar
si vale la pena lo sufrido;
por algo no correspondido
a pesar de los besos perdidos.
Eloy Peña,