Para qué, razonarte,
si tu fanatismo te ciega;
impidiéndote ver
lo que la realidad lleva.
No eres ni más ni menos
porque no llegas a ser nadie;
no te ves ni te entiendes
tu cerebro no conecta.
El fútbol a veces es la meta
el resto también se acercan;
te domina y controla
como a una pelota de goma.
Con otros te juntas
políticos hasta con juristas;
sólo valen vuestras ideas
sean malas o sean pésimas.
Las leyes no se interpretan
a no ser que seas pandereta;
pobres sean los juzgados
por una manada de chalados.
Tenéis que ser superiores
vuestros complejos lo ordenan;
porque sólo sois marionetas
en un psiquiátrico sin rejas.
Sólo el dinero os acompaña
con premios y regalos;
que otros os compensan
para que no decaiga su farsa.
Aquí termina el poema
para si puedes lo leas;
aunque tu razonar no te deje
por descubrir tus miserias.
Eloy Peña.