El poema se entristece
en un triste Planeta;
dónde lo pasado fue mejor
porque vamos de mal en peor.
Cien tienen todo
el resto nada tiene;
pues la ignorancia y la injusticia
nos perjudican, como una plaga.
Las guerras están de moda
un tarado quiso eliminar a los judíos;
otro loco ahora a los palestinos
el resto, por televisión y radio.
Las gentes enloquecen
como colmenas de abejas;
insultan y vocean
para ocultar sus traumas.
Sólo vale el dinero
sea bueno o sea malo;
las drogas y las armas
las mentiras con sus patrañas.
Hoy los mejores
son los menos malos;
con pegar a un balón
ya eres un hombre sabio.
Todos regatean sus secretos
como las mujeres, niños y ancianos;
corren y se esconden
para evitar que les exploten.
La mierda se ve y se oculta
para que reluzca sólo lo falso;
así la justicia es una profesión
y la política su prima hermana.
El poema bien escrito
quedó con el pasado;
hoy escribe cualquiera
para que la editorial no se muera.
Gentes con tres o seis carreras
no hacen más, tiempo les falta;
son tan listos que todo lo mezclan
confundiendo dados con barajas.
El tiempo cambia
como el sexo y las razas;
la felicidad es un sueño
que al despertar perdemos.
Quisiera llorar, pero no puedo,
en el poema mis lágrimas quedan;
como también se queda
todo lo que aún me guardo.
Eloy Peña.