Mi exquisita o refinada educación
no me permiten decir palabrotas;
por ello en la escritura del poema
juego con la duda de mis letras.
Nunca me oirás decir hijo de puta
tampoco hija, sobrino o nieta;
por ignorar la profesión de las madres
o si los padres fueron varios o pares.
Hoy, un volcán ha despertado,
sus habitantes están alarmados;
el algo, el mucho o el todo,
pueden pasar al génesis del nada.
Mientras un turismo de buitres
viajan para fotografiarlo;
unos para pregonar que estuvieron
otros para figurar en las fotos.
Les llamo buitres del morbo
pero sé que para los afectados;
serán siempre unos hijos de puta
aunque yo nunca lo diga.
Eloy Peña.