donde al final todos tenemos premio.
Unos juegan mucho, poco o nada,
según la suerte o la desgracia.
Difícil es saber ganar o perder
también aceptar la suerte asignada.
Tú no eres yo, ni ellos son los otros,
somos parte del juego que todos jugamos.
Nacemos y morimos
con un guión ya escrito.
No soy Dios ni quisiera serlo
él sólo sabe el porqué jugamos.
Los ateos no creen en vos, ¡SEÑOR!,
pues saben donde termina el Universo;
también ya sabían lo del Cambio Climático
como saben que con las vacunas moriremos.
¡SEÑOR!, si al terminar la partida,
ya no hubiese nada de nada;
sólo, gracias te doy,
por aceptarme en tus jugadas.
¡SEÑOR!, si al terminar la partida,
ya no hubiese nada de nada;
sólo, gracias te doy,
por aceptarme en tus jugadas.
Eloy Peña.