En mi corta vida comparada con la eternidad he hecho de todo menos bajar en globo de las alturas. Veo, observo y a veces recuerdo:
Finales de los 60 del siglo pasado en España y provincias separatistas. Yo, colaboraba en una importante empresa fabricantes de porcelana y de cristal. Digo colaboraba porque los dueños eran más que amigos (como familiares). Un día la gran empresa se fue al carajo...,. "Suspensión de pagos con posible quiebra fraudulenta...".
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Desde tiempos atrás los propietarios lo tenían todo bien atado por ello eran gallegos y, ante terceros, no tenían nada de nada LEGAL. Lo ILEGAL... había que sacarlo a la luz de nuevo creando otra empresa similar o paralela (el mismo perro con diferente collar). Por lógica NO podían figurar los corruptos defraudadores y liantes. Digo liantes porque dejaron en la calle y sin un duro a centenares de familias.
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Buscaron a sus posibles testaferros u hombres de paja... que a la hora de la verdad no quisieron saber nada del tema. Pero tenían a su amigo del alma desde la infancia y, hombre de confianza, un tal Eloy por no decir yo mismo.
Y así se creo la nueva empresa..., en la que yo era el PRESIDENTE por ser el mayor accionista. Les daba poderes notariales para que sacasen dineros de los bancos y para que hiciesen y deshiciesen a su antojo.
La empresa funcionaba a tope pues en la misma había autoridades afines al Régimen (no de adelgazar).
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Cuento lo que cuento porque en el fondo y a escala muy reducida... yo era una especie de Bárcenas, de Urdangarín o de Ferrán Adrián. Por citar casos paralelos que están de actualidad...,.
Con la diferencia, de que del pastel me comí una pequeña parte. Porque el dinero y el bienestar no eran de mi agrado ni antes ni ahora. Y me limitaba hacer lo que los verdaderos dueños querían.
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Hasta que un día dije: Señores, búsquense otro Eloy porque la nueva vida que quiero no tiene nada que ver con la que llevo. Y colorín colorado está historia se ha acabado. FIN.
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Moraleja: Detrás de una gran fortuna no suele estar el afortunado por lo que pueda ocurrir...,. Siempre hay "alguien" que en caso de ir mal corre con los gastos y paga el pato por el secreto pactado.
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Eloy Peña.