Lo siento mi amor
pero tengo que decirte la verdad.
Sé que nunca esperabas mí adiós
pues nunca me atreví a decírtelo.
-
Aún me acuerdo
de tiempos recordándote.
Pensándote y proyectándote.
Aún recuerdo..., pero ya no te quiero.
-
La química del amor
fue aquel flechazo que nos incendió.
Siempre necesitábamos el uno del otro
éramos como polos de diferente polo.
-
Polo de naranja y polo de limón
hasta que nuestro calor los derritió.
Cuantas veces te llamé hija de puta
como tú a mí, cabrón.
-
Nuestro amor no sabía de cursilerías
ni de tópicos: ¡Te quiero o te amo!.
Lo nuestro era natural y sin conservantes
como las sardinas en aceite de oliva.
-
Tú dinero era vital
como el saber estar de mi cuerpo.
Fea de cojones y cursi como las flores.
Tu aliento como inodoro atascado.
Tenías años para vivir tres veces
con andares de borracha
tuerta de un ojo y ciega del otro.
Pero tu dinero era de curso legal.
-
Lo siento mi amor
pero me tengo que marchar.
Tú dinero ya no me importa
porque se viene conmigo.
-
Eloy Peña.