Ahora, que con él te has ido,
me siento sólo y perdido;
entre recuerdos y llantos
no sabía que eran míos.
El amor,
ni es tuyo ni mío;
como el dolor y el frío
la enfermedad o el destino.
Todo, viene y se va,
a veces se queda, sin estar;
como tu amor o el de otras
que a Evas, juegan por jugar.
Eva o mujer,
si puedes con Dios hablar;
pregúntale, de qué vas,
para que entienda tu maldad.
Porque aunque no lo entiendas
mujeres y hombres, somos humanos;
pero también, machos y hembras,
que al placer amamos o rechazamos.
Sin seso ni sexo
el amor no existiría;
ni yo viviría
tampoco tú estarías.
Eloy Peña.