Me gustaría al despertar
que a mi lado no estuvieras;
pues nunca lo has estado
aunque imaginarlo apeteciera.
Porque entre tú y yo
no hay, ni hubo nada;
como rio de aguas saladas
en desiertos de nieves secas.
Algún día pensarás
por qué, lees lo que escribo;
sin saber que mis poemas
son solamente míos.
Bello y hermoso es lo feo
si divido lo que no tengo;
pues lo pienso y lo siento
como si fuese algo nuestro.
Al abrazarte a tu almohada
sentirás mi mano fría;
rozándote la espalda
a pesar de ser mentira.
Eloy Peña.