Hay amor y amores
como flor o coliflores;
en terrazas y balcones
que renacen mis amores.
El poema te acerca
también se aleja;
al ser personal
aunque tú, no lo creas.
Te quiero con locura
porque hay que estar loco;
para quererte todavía
y más, sin ser mía.
Me gusta quedar de noche
en un lugar lejano;
así la gente ni nos mira
tampoco se asustan.
Cuando al acostarnos
dejas tus dientes en la mesilla;
dentro de un vaso con agua
antes de quitarte las lentillas.
Con tu miopía
me miras y remiras;
las cucarachas desfilan
sobre nuestra cama fría.
El olor no se ve
de tus pies descalzos;
el aliento con olor a ajo
ni el cantar de tus sobacos.
Una mezcla de olores
que ni un dios aguanta;
a no ser que sea
de tu misma casta.
No sé no lo entiendo
el porqué aún te aguanto;
si eres mí pesadilla
hasta mi despertar, cada día.
Eloy Peña.