Día soleado en La Almudena.
Tierra Santa con cuerpos
que ya descansan...,.
Muertos, que vivos fueron.
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El Astro asoma suave
sus rayos entre la arboleda
un viento leve mece las ramas
sus hojas desvanece...,.
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El suelo recoge un manto
yermo de vida y muerte.
Camino despacio...,
sin querer irrumpir, silente.
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Todo aquello que un día fue
dejó de ser por siempre.
Tiene un sentido ahora
vuelve a ser simiente.
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Todo brota de nuevo
todo permanece...,.
Camino sólo, sin gente
los cipreses miran al cielo.
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Oigo sus risas siento los llantos.
Las desdichas y los triunfos.
Amores o desamores, ecos que van y vienen. Respiro sin prisa el tiempo se mantiene. Nada de lo fue y existió parece detenerse.
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Soy Yo...,
el ahora y presente.
Cierro mis ojos te veo en mi mente.
Que más quiero si te tengo conmigo y para siempre.
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Creí en una patraña...,
que me hizo llorar tu muerte.
La felicidad me mostró una cara,
una cara diferente...,.
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Pues las lágrimas de ahora
fueron parte de nuestros encuentros
fueron parte...,
de nuestros entonces.
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Paseo con calma
no quiero despertar tus sueños.
Tenemos toda una vida por delante
para continuar lo nuestro
para conjugar el Verbo
de ser y estar.
Aquí y por Siempre.
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¡¡¡TE QUIERO MAMÁ!!!.
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Eloy Peña.