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En el colegio, de pequeño...,
un cura me preguntó:
-niño, ¿qué quieres ser de mayor?-
quiero ser cantautor.
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-¿Cantautor?, ¿canciones de qué?-
No sé. De canciones sin escribir.
De cosas por contar...,
para hacer pensar, reír o llorar.
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Cantar sin ladrar... lo que me digan
mis pensamientos.
Cosas bonitas, buenas o malas...,
que más da, si nadie las escuchará.
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-¡Niño!, ¿por qué, nadie las escuchará?-.
Mire cura, quiero cantar para mí,
para pasar los ratos, mis ratos.
Es mi vida. ¿Qué le importa a los demás?.
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-Niño, algún día te echarás una novia-.
Sí, como usted...
-¿Qué dices?- : lo que oye.
-Niño, eres un diablo-.
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Si soy un diablo...,
usted es un pederasta.
-¡Qué malo eres, niño!-.
¿Malo, por decir la verdad?.
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Malo usted...
que intenta meterme malo.
-¡NIÑO!.¡QUÉ DIOS TE PERDONE!-
Y a usted le incinere en el infierno.
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Malo usted...
que intenta meterme malo.
-¡NIÑO!.¡QUÉ DIOS TE PERDONE!-
Y a usted le incinere en el infierno.
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Me llama malo por ser sincero
por no ser un borrego más
de su rebaño social.
Malo, ¿por querer mi libertad?.
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Libertad, que me deje pensar
que me haga diferente a los demás.
Usted es un cura y un enfermo mental.
"Porque miente más que prédica".
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Usted, ¿conoce a Dios en persona?.
-Más bien, ¡NO!-
Pues soy su niño Dios
de lo contrarío... demuéstremelo.
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Eloy Peña.
En el fondo me caen bien y mal los curas... con su Iglesia. Intentaron educarme y, me enseñaron, que estando cerca de ellos... me alejaba de Dios.
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