HASTA QUE NOS ECHEN.

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miércoles, 3 de abril de 2013

EL EGO Y YO...

 
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Nací en Madrid muy cerca de España porque ¡NO! pude impedirlo... ya que era menor de edad. Me criaron mis cuidadoras con sus tetas hasta que fui a la mili. Realicé mis primeros estudios... de 30 m2 que vendí como pisos de 90 m2. Hombre amariconado tirando a macho ibérico con pelo en el pecho como la Pantoja (sin depilar). Amigo de mis defectos, enemigo de mis virtudes, cantautor, soñador, poeta y reventa de entradas en feria de la vida.


Resido en un "País de paises" donde los poderosos se rien, engañan y toman por gilipollas a la mayoría del pueblo. País de mierdas donde la mierda es respetada como si no fuese mierda. De políticos, diputados/as, banqueros, ladrones, de reyes magos o de casas realeales que no valen ni un real.

 
 
Soy hijo de la Luna y del Sol de las playas. Amante de los libros y de las mujeres que se abren de piernas como las cigalas en celo. Me gustan los políticos y los perros, las monjas y su lencería, los funcionarios  con sus miedos o  los Papas que dan paso a otros sin haberse muerto.
 
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También me  encantan las gambas rojas de Denia y los percebes de Cedeira o del Corme con un chuletón de ternera en mi dieta, el buen vino de la Ribera del Duero  o el agua cuando llueve. También el  ¡NO! pagar nada de nada... porque en su día hice voto de pobreza.
 
 
Sencillo y trabajador aunque nunca me haya dado una oportunidad por si quedaba contagiado. También soy tan patriota  que no me importaría la independencia de Gibraltar del resto de España. Ver como en los parques se me acercan los niños porque detrás vienen las madres. Ir a los supermercados, tiendas u hospitales a robar lo que pille a buen precio. Vender joyas robadas en los juzgados, biblias en casas de putas, flores en las iglesias y misales en los cementerios. Me priva el ir a las manifestaciones del PP en sus autocares con sus bocadillos más unos euros. Cantar el himno nacional con la letra del ¡¡¡LA-LALALA-LALALA!!!.
 

 
  Para ir terminando, muchas veces tengo la sensación de que no siento nada. Es como cuando veo que a otro le hacen daño y a mí no me duele.
Consultado a uno de mis médicos me dijo que era el mal de Dimorites (griego de la zona del yogur desnatado). El citado era curandero, veterinario, brujo y autónomo. Hijo de padres desconocidos y divorciados sin papeles ni afiliación política, conocida. FIN. 
 
Eloy Peña Rico, denunciante oficial del Ayuntamiento de Madrid.