Mientras observo el movimiento del mar
su agua está quieta.
Los perros vuelan cerca de mí
mientras las gaviotas corren por la arena.
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Las tetas de unas jóvenes me miran
como los culos de otras.
Con una pala y un cubo
me dispongo a bucear.
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El agua está helada
me cubre los pies.
No tengo miedo, sé nadar.
Fui socorrista de la Cruz Rojilla.
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Al fondo peces de colores
barcos y una muñeca hinchable.
Todos se dicen hola y no hay olas.
Ya me cubre las rodillas
vuelvo atrás no me quiero ahogar.
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Al llegar a la toalla una joven sobre ella
desnuda como todos los bañistas.
Me tumbo encima y se queja.
¡SEÑOR, ESTOY EMBARAZA!
"Sabía de mí destreza pero no de la certeza".
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Mirándonos a los ojos me pidió un hermanito.
¡NO PUEDO PRECIOSA!. El helicóptero nos vigila.
Nos levantamos y camino de la iglesia marchamos.
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Al llegar el cura que era el padre y tío de la bella dama.
¡HIJOS MIOS NOS LLAMÓ!. ¿SERÁ CABRÓN PENSÉ, YO?.
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Con agua desalada y bendita bautizo a la embarazada.
El padre preguntó: ¿SERÁ NIÑO O NIÑA?.
SERÁ HIJO DE PUTA... Por ser hijo de mi tío el párroco.
-Contestó la madre-.
-Contestó la madre-.
De rodillas rezamos los tres.
Hasta que me cabreé.
Hasta que me cabreé.
Salí de la iglesia y corriendo marché.
Hasta el mar
donde por fin me bañé.
Hasta el mar
donde por fin me bañé.
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Eloy Peña.