Día soleado en La Almudena.
Tierra Santa con cuerpos
que ya descansan...,.
Muertos, que vivos fueron.
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El Astro asoma suave
sus rayos entre la arboleda
un viento leve mece las ramas
sus hojas desvanece...,.
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El suelo recoge un manto
yermo de vida y muerte.
Camino despacio...,
sin querer irrumpir, silente.
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Todo aquello que un día fue
dejó de ser por siempre.
Tiene un sentido ahora
vuelve a ser simiente.
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Todo brota de nuevo
todo permanece...,.
Camino sólo, sin gente
los cipreses miran al cielo.
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Oigo sus risas siento los llantos.
Las desdichas y los triunfos.
Amores o desamores, ecos que van y vienen. Respiro sin prisa el tiempo se mantiene. Nada de lo fue y existió parece detenerse.
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Soy Yo...,
el ahora y presente.
Cierro mis ojos te veo en mi mente.
Que más quiero si te tengo conmigo y para siempre.
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Creí en una patraña...,
que me hizo llorar tu muerte.
La felicidad me mostró una cara,
una cara diferente...,.
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Pues las lágrimas de ahora
fueron parte de nuestros encuentros
fueron parte...,
de nuestros entonces.
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Paseo con calma
no quiero despertar tus sueños.
Tenemos toda una vida por delante
para continuar lo nuestro
para conjugar el Verbo
de ser y estar.
Aquí y por Siempre.
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¡¡¡TE QUIERO MAMÁ!!!.
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Eloy Peña.
Excelente....
ResponderEliminarSaludos
Mi querido Eloy: me ha gustado mucho la dedicatoria para tu madre..me consta lo mucho que la querías....la mía, por suerte, aún está con nosotras...pero mi gran pérdida fue la de mi padre, que nos dejó con apenas 49 años y no hay día en que no hable con él...entiendo y me emociona tu dedicatoria...muchos besos amigo
ResponderEliminarA todos, gracias.
ResponderEliminar-
Un abrazo.